lunes, 2 de mayo de 2016

19 LOS BENEFICIOS DEL MAESTRO DE LA LEY

En ese momento, el Buda dijo al bodisatva Esfuerzo Constante:
—Los buenos hombres y las buenas mujeres que acepten y mantengan este Sutra del loto, que lo lean, lo reciten, lo expliquen y prediquen o lo transcriban, obtendrán ochocientos beneficios referidos a sus ojos; mil dos- cientos beneficios referidos a sus oídos; ochocientos beneficios relacionados con su olfato; mil doscientos relacionados con la lengua; ochocientos referidos al cuerpo y mil doscientos en relación con su mente. Con estos beneficios, podrán adornar sus seis órganos sensoriales y purificarlos a todos.
»Estos buenos hombres y estas buenas mujeres, con los ojos físicos puros que han recibido de sus padres al nacer, verán todo lo que existe en las partes interna y externa del gran sistema planetario, sus montañas, bosques, ríos y mares, hasta el infierno Avichi en dirección al nadir, y hasta el cielo de la Cumbre del Ser, en dirección al cenit. Y en medio verán a todos los seres vivos, y también verán y comprenderán todas las causas y condiciones creadas por sus actos, y los nacimientos que les esperan como resultado y recompensa de tales actos.
En ese momento, deseoso de manifestar su intención una vez más, el Honrado por el Mundo habló en verso y dijo:

—¡Escuchad los beneficios que recibirá
aquel que, en medio de la gran asamblea,
con actitud intrépida
predique este Sutra del loto!
Esa persona obtendrá una visión superior
con ochocientos beneficios.
Como resultado de tales adornos,
sus ojos se tornarán extremadamente  puros.
Con los ojos recibidos de sus padres al nacer,
será capaz de ver el gran sistema planetario,
sus partes interna y externa, su monte Meru,
su monte Sumeru, el Macizo Circular de Hierro
y todas sus otras montañas y bosques,
las aguas de sus grandes mares, ríos y arroyos,
y verá, hacia abajo, hasta el infierno Avichi,
y, hacia arriba, hasta el cielo de la Cumbre del Ser.
Y verá a todos los seres vivos
que haya en el medio.
Aunque todavía no haya obtenido la visión celestial,
así de inmenso será el poder de sus ojos físicos.

»Por otro lado, Esfuerzo Constante, los buenos hombres y las buenas mujeres que acepten y practiquen este sutra, que lo lean, lo reciten, lo expliquen y prediquen o lo transcriban, obtendrán mil doscientos beneficios referidos a su audición, con los cuales purificarán sus oídos para percibir la inmensa vastedad de palabras y de sonidos que se emiten en el gran sistema planetario, hacia abajo, hasta el infierno Avichi y hacia arriba hasta el cielo de la Cumbre del Ser, y también en sus partes interior y exterior: sonidos de elefantes, de caballos, de bueyes; sonidos de carruajes, de llantos, de lamentos; sonidos de caracolas, de tambores, de campanas y carillones; sonidos de risas y de palabras; voces de hombres y voces de mujeres, voces de niños y de niñas; la voz de la justicia y la voz de la injusticia; voces amargas y voces alegres, voces de personas comunes y voces de venerables; voces felices y voces infelices, voces de seres celestiales, de dragones, de yakshas, de gandharvas, de asuras, garudas, kimnaras y mahoragas; sonidos del fuego, del agua y del viento; clamores de los que viven en el infierno, de los animales y de los espíritus hambrientos; voces de monjes y de monjas, voces de los que escuchan la voz, de los pratyekabuddhas, de los bodisatvas y de los budas.

En una palabra, aunque la persona todavía no haya obtenido oídos celestiales, con los oídos puros y comunes recibidos de sus padres al nacer podrá oír y entender todas las voces que existen en las partes interna y externa del gran sistema planetario. Y aunque pueda así distinguir en su totalidad las diversas clases de sonidos y de voces, su facultad auditiva no sufrirá menoscabo.
En ese momento, deseoso de manifestar su intención una vez más, el Honrado por el Mundo habló en verso y dijo:

—Con los oídos recibidos de sus padres al nacer,
puros y sin mancha o impureza,
con estos oídos comunes podrá escuchar
los sonidos del gran sistema planetario:
sonidos de elefantes y caballos, de carruajes y bueyes,
de campanas, carillones, caracolas y tambores,
sonidos de arpas y de laúdes,
de caramillos y de flautas;
y del canto puro y bello,
todo eso podrá escuchar sin sentir apegos.
Podrá oír y comprender en su totalidad
la incontable diversidad de las voces humanas.
Y escuchar las voces de los seres celestiales,
y el sonido sutil y maravilloso de los cantos;
las voces de hombres y de mujeres,
y de niños y niñas.
En medio de las sierras, ríos y hondonadas,
podrá escuchar todos los sonidos,
la voz del kalavinka,
del jivakajivaka y de otras aves.
Y escuchará de las muchedumbres atormentadas del infierno
los clamores angustiados de un sinfín de sufrimientos,
y los sonidos de los espíritus voraces clamando a causa del hambre y
de la sed,
ávidos de bebida y de alimento,
y el sonido de los asuras
que viven en las costas del gran mar,
hablando entre sí o emitiendo fuertes gritos.
Así pues, quien predica la Ley
podrá vivir a salvo entre todos ellos,
escuchando desde lejos sus muchas voces
sin que su oído se vea afectado.
En los mundos de las diez direcciones,
la persona que predica la Ley
podrá escuchar, desde donde se encuentre,
el sonido con que se llaman las bestias y las aves.
En el cielo de Brahma y sobre él,
en los cielos del Sonido Luminoso y de la Pureza Total,

y hacia arriba, hasta el cielo de la Cumbre del Ser,
podrá escuchar, en su totalidad,
los sonidos de las voces de quienes allí conversan.
El maestro de la Ley, aun viviendo aquí,
podrá escucharlo todo.
Oirá a la multitud de monjes
y a todas las monjas,
ya sea que estén leyendo o recitando las escrituras
o predicándolas en bien de los demás…
El maestro de la Ley, viviendo aquí, podrá escucharlos a todos.
Y cuando los bodisatvas
lean y reciten las enseñanzas de los sutras
o las prediquen en bien de los demás
o seleccionen pasajes y expliquen su significado,
él podrá oír el sonido
de todas sus voces.
Cuando los budas, grandes sabios y honorables
enseñen y conviertan a los seres vivos
en medio de las grandes asambleas
y expongan y prediquen la Ley sutil y prodigiosa,
aquel que proclame este Loto
podrá oírlos a todos.
Él podrá escuchar,
sin desmedro alguno de su facultad auditiva,
todos estos sonidos procedentes de las partes
interior y exterior del gran sistema planetario
hacia abajo, hasta el infierno Avichi,
y hacia arriba, hasta el cielo de la Cumbre del Ser.
Tan aguda será su capacidad auditiva,
que podrá distinguir y comprender todos estos sonidos.
Quien proclame el Sutra del loto,
aunque no haya adquirido aún los oídos celestiales,
podrá hacer esto simplemente con los oídos con los cuales ha
nacido;
tales serán los beneficios que esa persona obtendrá.

»Además, Esfuerzo Constante, los buenos hombres y las buenas mujeres que acepten y practiquen este sutra, que lo lean, reciten, expliquen y prediquen o lo transcriban, podrán obtener ochocientos beneficios relacionados con el olfato, con los cuales purificarán este sentido, pudiendo detectar todas las diversas variedades de aromas que existen de arriba abajo, y en las partes interna y externa del gran sistema planetario: la fragancia de las flores de sumana, de jatika, de mallika, de champaka, de patala, de loto rojo, de loto azul, de loto blanco; la fragancia de los árboles en flor, de los árboles frutales, de sándalos, áloes, de las hojas de tamala, tagaras, y del incienso elaborado con mil, diez mil ingredientes, del incienso en polvo, en pastillas o en pasta. El que practique este sutra, aun viviendo aquí, podrá reconocer todos esos aromas.
»Asimismo, podrá distinguir e identificar los olores de los seres vivos, de elefantes, caballos, bueyes, ovejas y tantos otros; los olores de hombre y de mujer, los olores de niños y de niñas, y los de las plantas, árboles, arbustos y bosques. Podrá reconocerlos a todos, estén lejos o cerca, y distinguir unos de otros sin error.
»Quien proclame este sutra, aunque viva aquí, también podrá detectar los olores de los diversos cielos que hay en lo alto. Reconocerá esencias celestiales como las de los árboles de parijataka y kovidara; y las de las flores de mandarava, de gran mandarava, de manjushaka y de gran manjushaka; de sándalo, de áloes, de diversas clases de incienso en polvo y de incienso elaborado con variedades florales. Y también reconocerá todas las esencias que forman parte de las fragancias, sin dejar de detectar e identificar ninguna.
»También podrá detectar los olores que emanan de los cuerpos de los seres celestiales. La esencia que exuda Shakra Devanam Indra cuando está en su palacio sublime, mientras se divierte y satisface sus cinco deseos, o la que emite cuando está en el Salón de la Ley Prodigiosa predicando la Ley a los seres del cielo de las treinta y tres deidades, o la que emite cuando pasea en los jardines, y también la esencia que exudan los cuerpos de otros seres celestiales masculinos y femeninos. Podrá reconocerlas a todas desde lejos.
»Así, su conciencia será capaz de extenderse hasta el cielo de Brahma y, más alto aún, hasta el cielo de la Cumbre del Ser, detectando el perfume de todos los cuerpos de los seres celestiales, y también del incienso que ellos queman. Asimismo distinguirá desde lejos el olor de los que escuchan la voz, de los pratyekabuddhas, de los bodisatvas y de los cuerpos de los budas, y sabrá dónde se encuentran todos estos seres.

Y aunque pueda detectar tantos aromas, la facultad de su olfato no se verá disminuida ni alterada. Si quisiera distinguir un olor de otro y describírselo a alguien, sería capaz de evocarlo sin margen de error.
En ese momento, deseoso de manifestar su intención una vez más, el Honrado por el Mundo habló en verso y dijo:

—La pureza del olfato de esta persona será tal
que a lo largo y a lo ancho de este mundo
podrá detectar e identificar
toda suerte de olores, fragantes o hediondos,
esencias de flores de sumana y de jatika,
de hojas de tamala y de sándalo,
de áloe y de acacia,
perfumes de diversas flores y frutos.
Y conocerá la esencia de los seres vivos,
y el olor de los hombres y de las mujeres.
Aunque este predicador de la Ley viva lejos,
detectará estos aromas y sabrá dónde están las personas.
Sabrá reconocer la esencia de los reyes
que hacen girar la rueda, dueños de gran autoridad,
la de los reyes inferiores que hacen girar la rueda y la de sus hijos,
la de sus ministros y asistentes palaciegos;
percibirá el aroma de cada uno y sabrá dónde están.
Reconocerá la esencia de los preciosos tesoros que adornan el
cuerpo,
de las arcas de tesoros que hay en la tierra,
de las damas alhajadas de los reyes que hacen girar la rueda;
a todos los reconocerá por el olfato y sabrá dónde están.
Podrá oler los ornamentos que usan las personas en el cuerpo,
sus ropajes y collares
y toda clase de inciensos en pasta;
con solo percibirlos sabrá dónde están sus portadores.
Y también podrá saber, a través de su olfato,
si los seres celestiales están en marcha o sentados,
si se divierten o realizan transformaciones mágicas;
así, el que mantiene este Sutra del loto
sabrá todo esto reconociendo su fragancia.
Quien mantiene el sutra aun viviendo aquí,
conoce dónde están las flores y frutos
de los árboles en toda su variedad
y distingue el aroma de la mantequilla fundida.
Puede reconocer, mediante el olfato,
los sitios escarpados en lo recóndito de las montañas,
donde se abren los capullos del sándalo,
y a los seres vivos que allí habitan.
El que mantiene el sutra detecta, con el olfato,
a los seres que habitan en el Macizo Circular de Hierro,
en los grandes mares o en la tierra,
y sabe dónde se encuentran todos ellos.
Detecta la esencia de los asuras masculinos y femeninos
y de su séquito de acompañantes,
y con solo reconocer su fragancia
puede saber cuándo están peleando
o entregados a la diversión.
Por medio del olfato, sabe dónde están,
si en las planicies o en parajes angostos,
los leones, elefantes, tigres y lobos,
los búfalos y los búfalos de río.
Y cuando una mujer espera un hijo,
y nadie puede establecer si será niño o niña,
si tendrá defecto en sus facultades o en su forma,
él podrá predecir todo esto oliendo su esencia.
Y sabrá, mediante esta capacidad de reconocer aromas,
si la mujer que concibe por primera vez
llevará a feliz término el embarazo o no,
y si dará a luz sin peligro un niño colmado de buena fortuna.
El don de su olfato le hará conocer
los pensamientos de los hombres y de las mujeres,
saber si su corazón está manchado por el deseo, el odio o la
estupidez,
y si están ejerciendo la bondad.
Reconociendo aromas podrá saber dónde están
las pilas de bienes que almacena la tierra,
el oro, la plata y las muchas riquezas,
y los objetos apilados en vasijas de bronce.

Por su esencia sabrá si son valiosos o inservibles
los diversos collares
cuyo valor es difícil de tasar,
y sabrá de dónde han salido y dónde se encuentran ahora.
Detectará a través del olfato
las flores que existen en la bóveda celeste:
mandaravas, manjushakas
y flores del árbol de parijitaka.
Conocerá los palacios celestiales
en sus distintas jerarquías: altos, intermedios y bajos,
adornados de numerosas flores alhajadas,
y todo a través de reconocerlos con el olfato.
Percibiendo su esencia conocerá todos los
jardines y arboledas celestiales, las soberbias mansiones,
los observatorios, el Salón de la Ley Prodigiosa
y a todos los que se deleitan en dichos lugares.
Sabrá cuándo los seres celestiales escuchan la Ley
o satisfacen sus cinco deseos,
cuándo van y vienen, caminan, se sientan o yacen,
y todo lo discernirá percibiendo su esencia.
Conocerá, por el olor que emanan, las túnicas
que usan las mujeres celestiales cuando,
adornadas de encantadores perfumes y flores,
se arremolinan jubilosamente en círculo.
Así, extendiendo su conciencia
hacia el cielo de Brahma,
por medio del olfato reconocerá a todos
los que entran o salen de la meditación.
Detectará por su olor a todos
los que nacen por primera vez y a los que han partido
en los cielos del Sonido Luminoso y de la Pureza Total,
e incluso más arriba, en la Cumbre del Ser.
Quien mantiene el sutra reconoce por su olor
a la multitud de monjes
siempre diligentes con respecto a la Ley,
y sabrá dónde están, ya sea que se encuentren sentados o paseando,
leyendo o recitando las enseñanzas de los sutras,
o, a veces, bajo los árboles del bosque,
concentrando las energías
y entregados a la meditación sentada.
Conoce, percibiéndolos con su olfato,
a los bodisatvas de voluntad inquebrantable y firme
que leen los sutras o practican la meditación sentada,
o predican la Ley a los demás.
Y conoce, por el aroma que exudan, a todos
los Honrados por el Mundo, presentes en cada cuadrante,
respetados y venerados por todos,
apiadados de la multitud y consagrados a predicar la Ley.
Conoce por medio de su olfato
a los seres vivos que, en presencia de los budas,
escuchan el sutra y todos se regocijan
y practican como dictamina la Ley.
Y aunque todavía no haya adquirido el olfato que poseen
los bodisatvas de la Ley sin desbordamientos,
quien mantiene el sutra desarrollará un olfato
con las señales aquí descritas.

»Además, Esfuerzo Constante, los buenos hombres y las buenas mujeres que acepten y proclamen este sutra, que lo lean, lo reciten, lo expliquen y lo prediquen o lo transcriban, adquirirán mil doscientos beneficios referidos a su lengua. Todo lo que perciba la lengua de esta persona, ya sea que tenga buen o mal gusto, sea sabroso o desabrido, o incluso amargo o astringente, pasará a ser tan exquisito como el dulce rocío celestial, y no habrá sabor alguno que resulte desagradable.
»Cuando, con su lengua dotada de estas facultades, comience a predicar y a exponer en medio de la gran asamblea, emitirá una voz profunda y hermosa, capaz de penetrar la mente y de hacer que todos cuantos lo escuchen se regocijen y se deleiten. Cuando los hombres y las mujeres del cielo, Shakra, Brahma y los demás seres celestiales oigan el sonido de esta voz profunda y maravillosa con que él expone y predica, desarrollando el argumento punto por punto, todos se reunirán a su alrededor para escuchar. Dragones e hijas de dragones, yakshas e hijas de yakshas, gandharvas e hijas de gandharvas, asuras e hijas de asuras, garudas e hijas de garudas, kimnaras e hijas de kimnaras, mahoragas e hijas de mahora- gas, todos se reunirán alrededor de quien posea esa voz para escuchar la Ley, y lo reverenciarán y darán ofrendas. Monjes, monjas, laicos y laicas,

monarcas, príncipes, ministros y su séquito, reyes que hacen girar la rueda, grandes y pequeños, con sus siete tesoros y sus miles de hijos, y sus cohortes interior y exterior, todos ascenderán a sus palacios e irán a escuchar la Ley.
»Y como este bodisatva predicará la Ley con tanta destreza, los brahmanes, jefes de familia y personas de todo el territorio lo seguirán por el resto de su vida, lo asistirán y le darán ofrendas. Constantemente se deleitarán al verlo los que escuchan la voz, los pratyekabuddhas, los bodisatvas y los budas. Y allí donde esa persona se encuentre, los budas mirarán en esa dirección cuando prediquen la Ley, y él podrá aceptar y proclamar todas las doctrinas de los budas. Y, además, será capaz de emitir el sonido profundo y espléndido de la Ley.
En ese momento, deseoso de manifestar su intención una vez más, el Honrado por el Mundo habló en verso y dijo:

—Las facultades de la lengua de esta persona serán tan puras
que jamás estará en contacto con malos sabores;
todo cuanto se lleve a la boca
sabrá como el dulce rocío.
Con su voz profunda, pura y hermosa,
predicará la Ley en la gran asamblea
valiéndose de causas, condiciones y semejanzas
para guiar y conducir el corazón de los seres vivos.
Todos aquellos que lo escuchen se deleitarán
y le ofrecerán sus más finas dádivas.
Se le acercarán con actitud reverente
seres celestiales, dragones, yakshas,
asuras y otros,
que, juntos, acudirán a escuchar la Ley.
Si este predicador de la Ley
quisiera usar su espléndida voz
para colmar el gran sistema planetario,
podría hacerlo a su libre albedrío.
Los reyes grandes y pequeños que hacen girar la rueda
y sus mil hijos y acompañantes
unirán las palmas de sus manos con reverencia
y constantemente acudirán a escuchar y aceptar la Ley
. Del mismo modo, con mente jubilosa,

también los seres celestiales, dragones, yakshas,
rakshasas y pishachas
constantemente deleitarán yendo a darle ofrendas.
El rey del cielo de Brahma, el rey demonio,
las deidades Libertad y Gran Libertad,
y toda la multitud de seres celestiales
constantemente vendrán adonde él se encuentre.
Los budas y sus discípulos,
al oír el sonido de su voz predicando la Ley,
constantemente lo tendrán en sus pensamientos y lo custodiarán,
y en ocasiones se presentarán en su beneficio.

»Además, Esfuerzo Constante, los buenos hombres y las buenas mujeres que acepten y proclamen este sutra, que lo lean, lo reciten, lo expliquen y lo prediquen, o lo transcriban, obtendrán ochocientos beneficios referidos al cuerpo. Adquirirán cuerpos puros, como el lapislázuli inmaculado, cuya contemplación deleitará a los seres vivos. Todos sus cuerpos, por su misma pureza, reflejarán a los seres vivos del gran sistema planetario al nacer y al morir, sean superiores o inferiores, bellos o feos, nacidos en lugares buenos o malos. Y en ellos se reflejarán los reyes de la montaña del Macizo Circular de Hierro, del Gran Macizo Circular de Hierro, del monte Meru y del monte Mahameru, así como todos los seres que vivan en sus dominios. Y se reflejarán todas las regiones y los seres vivos que en ellas habitan, incluidos el infierno Avichi hacia el nadir, y el cielo de la Cumbre del Ser hacia el cenit. Y en sus cuerpos se reflejarán también las figuras y formas de los que escuchan la voz, de los pratyekabuddhas, de los bodisatvas y de los budas que predican la Ley.
En ese momento, deseoso de manifestar su intención una vez más, el Honrado por el Mundo habló en verso y dijo:

—El cuerpo de aquel que proclame el Sutra del loto
será purísimo
como el más puro lapislázuli,
y su contemplación deleitará a todos los seres vivos.
Será como un espejo puro y reluciente
en el cual se reflejarán todas las formas y figuras.
Este bodisatva, con este cuerpo puro,
verá todo lo que hay en el mundo;
solo él verá con claridad y brillo
lo que para otros es invisible.
En su cuerpo se reflejará toda la masa
de criaturas que se multiplican
en el gran sistema planetario:
seres humanos y seres celestiales, asuras,
moradores del infierno, espíritus, animales,
y sus formas y figuras.
Los palacios de los diversos cielos
en dirección al cenit, hasta la Cumbre del Ser,
el Macizo Circular de Hierro,
los montes Meru y Mahameru,
los grandes mares y otras aguas,
todos se reflejarán en su cuerpo.
Los budas y los que escuchan la voz,
los hijos del Buda, los bodisatvas y otros,
solos o reunidos en asambleas
predicando la Ley, todos, se reflejarán en su cuerpo.
Y aunque esta persona todavía no haya adquirido
el espléndido cuerpo de la naturaleza verdadera de los fenómenos,
libre de desbordamientos,
a causa de la pureza de su cuerpo corriente,
todo cuanto existe se reflejará en él.

»Además, Esfuerzo Constante, los buenos hombres y las buenas mujeres que acepten y proclamen este sutra, que lo lean, lo reciten, lo expliquen y lo prediquen, o lo transcriban, después de que El Que Así Llega haya entrado en la extinción, adquirirán mil doscientos beneficios referidos a la mente. A causa de la pureza de sus facultades mentales, apenas les bastará con escuchar una estrofa o una frase [del sutra] para dominar incalculables e ilimitados principios. Habiendo entendido tales principios, podrán exponer y predicar una sola frase o estrofa durante un mes, cuatro meses o todo un año, y las doctrinas que ellos prediquen durante esa época se ajustarán a la esencia de los principios y jamás contradirán el verdadero aspecto.
»Y cuando expongan algún texto del mundo secular o hablen sobre asuntos de gobierno u ocupaciones que sostienen la vida, en todos los casos lo harán de acuerdo con la Ley Correcta. Con respecto a los seres vivos que se encuentran en los seis senderos de la existencia del gran sistema planetario, entenderán cómo funciona y se mueve la mente de todos ellos, y qué teorías ociosas los ocupan.

»Así pues, aunque todavía no hayan adquirido la sabiduría libre de desbordamientos, la pureza de su mente será tal que los pensamientos de estas personas, sus cálculos y suposiciones, y las palabras que pronuncien en todos los casos representarán la Ley del Buda, nunca se apartarán de la verdad y también coincidirán con la prédica de los sutras de los anteriores budas.
En ese momento, deseoso de manifestar su intención una vez más, el Honrado por el Mundo habló en verso y dijo:

—La mente de estas personas será pura,
brillante, lúcida, sin manchas o impurezas.
Y con estas sublimes facultades mentales,
comprenderán las doctrinas superiores, intermedias e inferiores.
Con solo escuchar una estrofa,
dominarán significados incalculables
y podrán predicarlos paso a paso de acuerdo con la Ley
durante un mes, cuatro meses o un año.
Todos los seres vivos
de las partes interior y exterior de este mundo,
los seres celestiales, los dragones y los seres humanos,
los yakshas y espíritus,
los que viven en los seis senderos de la existencia
y los diversos pensamientos que ellos albergarán,
¡todo eso podrán conocer en un instante,
como recompensa, los que proclaman el Sutra del loto!
Los budas incontables de las diez direcciones,
adornados con las marcas de cien beneficios,
predican la Ley en bien de los seres vivos,
y tales personas, al escucharla, podrán aceptarla y practicarla.
Reflexionarán sobre significados inconmensurables,
predicarán la Ley de incalculables formas distintas
pero sin equivocarse jamás desde el comienzo hasta el fin,
porque son quienes proclaman el Sutra del loto.
Comprenderán las características de todos los fenómenos,
se ajustarán a los principios, reconocerán su orden correcto,

serán maestros de los nombres y de las palabras,
y expondrán y predicarán las cosas tal como las comprenderán.
Lo que estas personas prediquen
en todos los casos será la Ley de los budas anteriores,
y dado que expondrán esta Ley,
frente a las asambleas no tendrán miedo.
Así será la pureza de las facultades mentales
de quienes proclamen el Sutra del loto.
Y aunque todavía no hayan podido liberarse de los desbordamientos,
aun antes manifestarán las señales aquí mencionadas.
Mientras estas personas proclamen este sutra,
vivirán a salvo en tierras extrañas,
causarán agrado a todos los seres vivos,
serán amadas y respetadas por estos,
capaces de emplear mil,
diez mil variedades de palabras diestras y apropiadas
para trazar distinciones, exponer y predicar,
porque practican el Sutra del loto.