lunes, 2 de mayo de 2016

22 LA TRANSFERENCIA

En ese momento, el buda Shakyamuni se levantó de su sitial del Dharma y, manifestando sus grandes poderes sobrenaturales, posó su mano de- recha sobre las cabezas de inconmensurables bodisatvas, y dijo estas palabras:
—Durante inconmensurables cientos, miles, decenas de miles, millo- nes de asamkhyas de kalpas, practiqué esta Ley de la iluminación suprema y perfecta tan difícil de adquirir. Ahora, os la confío a vosotros. Debéis propagar esta Ley a otras tierras con un único pensamiento, y hacer que sus beneficios se propaguen a lo ancho y a lo largo.
Tres veces acarició la cabeza de los bodisatvas, y dijo:
—Durante inconmensurables cientos, miles, decenas de miles, millo- nes de asamkhyas de kalpas, practiqué esta Ley de la iluminación suprema y perfecta tan difícil de adquirir. Ahora, os la confío a vosotros. Debéis aceptarla, mantenerla, leerla, recitarla y propagarla ampliamente, y ha- cer que todos los seres vivos por doquier la escuchen y la comprendan.
¿Por qué? Porque El Que Así Llega posee gran piedad y compasión. No es mezquino ni escatima, ni tampoco tiene temor. Puede conceder a los seres vivos la sabiduría del Buda, la sabiduría de El Que Así Llega, la sabiduría que proviene de sí misma. El Que Así Llega es un gran distribuidor de dones para todos los seres vivos. Vosotros debéis corresponder estudiando esta Ley de El Que Así Llega. ¡No seáis mezquinos ni escatiméis!
»En las épocas futuras, debéis predicar y exponer el Sutra del loto a los buenos hombres y las buenas mujeres que tengan fe en la sabiduría de El Que Así Llega, para que otros también puedan escucharlo y en- tenderlo. Pues, de este modo, los haréis adquirir la sabiduría del Buda. Y para enseñar, beneficiar e infundir alegría a los seres que no crean en él y no lo acepten, debéis usar algunas de las otras doctrinas profundas


de El Que Así Llega. Si hacéis todo esto, habréis retribuido la deuda de gratitud que debéis a los budas.
Cuando los bodisatvas oyeron al Buda pronunciar estas palabras, todos sintieron que su cuerpo se henchía de inmenso alborozo. Con mayor reverencia que nunca, doblaron el cuerpo, inclinaron la cabeza, unieron las palmas de sus manos y, frente al Buda, alzaron la voz al unísono para expresar:
—Respetuosamente llevaremos a cabo todas estas cosas tal como nos lo ha encomendado el Honrado por el Mundo. ¡Suplicamos al Honrado por el Mundo que no albergue la menor preocupación al respecto!
La multitud de bodisatvas repitió estas palabras tres veces, alzó la voz al unísono y dijo:
—Respetuosamente llevaremos a cabo todas estas cosas tal como nos lo ha encomendado el Honrado por el Mundo. ¡Por lo tanto, suplicamos al Honrado por el Mundo que no albergue la menor preocupación al respecto!
En ese momento, el buda Shakyamuni hizo que regresaran a sus tierras de origen todos los budas que eran manifestaciones corpóreas de su ser y que habían llegado procedentes de las diez direcciones, y dijo:
—Cada uno de estos budas puede ir donde le plazca. La torre del buda Muchos Tesoros también puede retornar a su posición anterior.
Cuando pronunció estas palabras, los incontables budas que eran sus manifestaciones corpóreas procedentes de las diez direcciones, sentados en sus sitiales de león bajo los árboles enjoyados, así como el buda Muchos Tesoros, Prácticas Superiores y los otros que formaban la gran multitud de ilimitados asamkhyas de bodisatvas, Shariputra y los demás discípulos que escuchaban la voz, y las cuatro clases de creyentes, además de los seres celestiales, seres humanos, asuras y otros de todos los mundos, habiendo escuchado lo que el Buda acababa de decir, se sintieron henchidos de inmenso gozo.